Un poco de historia:
Presente en celebraciones, reuniones familiares o simplemente como plato fuerte de un domingo, se ha convertido en sinónimo de tradición. Frita en su propia grasa, bien sazonada y acompañada de un toque verde como el perejil fresco, este plato nos recuerda los sabores de la infancia, la abuela en la cocina y el olor a sazón que inunda la casa.
Ingredientes (para 4 personas):
1 ½ lb de carne de cerdo (pierna, lomo o costilla) cortada en trozos
Sal al gusto 1/2 cucharadita de comino
1 cucharadita de ajo en polvo
1/2 cucharadita de cebolla en polvo
Especias al gusto (puedes incluir pimienta, orégano seco)
Jugo de 1 limón o naranja agria
2 cucharadas de manteca de cerdo
2 cucharadas de aceite
20 g de perejil fresco picado
Preparación:
Marinar la carne:
Sazona los trozos de carne con sal, comino, ajo y cebolla en polvo, tus especias favoritas y el jugo de limón o naranja agria. Deja marinar por al menos 30 minutos (¡si puedes más, mejor!).Freír con sabor:
En una sartén grande o cazuela, calienta la manteca de cerdo con el aceite. Añade los trozos de carne y fríe a fuego medio-alto hasta que estén dorados por fuera y jugosos por dentro.Bajar el fuego y terminar:
Cuando la carne esté bien doradita, baja el fuego, tapa la cazuela y deja que se termine de cocinar en su propio jugo por unos 10 minutos.Toque de perejil:
Justo antes de apagar el fuego, espolvorea el perejil fresco picado y mezcla bien para que suelte su aroma.
Consejo de ATHEJOS:
Acompaña esta delicia con arroz congrí, yuca con mojo o unos plátanos maduros fritos. ¡Una explosión de sabor en cada bocado!